sábado, 28 de septiembre de 2013

Adios "Papí"

Amaneció gris ese domingo y finas gotas de lluvia, mojaron el suelo. Tras unos días con la esperanza ya perdida, tu cuerpo quedó inerte. Al menos, en estos momentos no sufriste

Poco a poco te habías ido apagando.
Tu juventud de duro trabajo, sin comodidades, con el alimento justo, te pasaron factura
La genética, tampoco te perdonó, seguiste el camino que el destino te había adjudicado
Tiempos pasados de duras batallas en condiciones casi infrahumanas. Muchas bocas que desde tu infancia contribuíste a alimentar
Luego, el duro trabajo del bosque. Ese oficio ya desaparecido extrayendo la resina de los pinos. Esa secreción ambarina que léntamente, te entregaba el árbol y que pacientemente recolectabas para vender luego por poco dinero
Esa vaca, ese cerdo. Ese pequeño huerto. Esas gallinas que te daban sus huevos. Esos animales del  bosque que en ocasiones podías cazar con la única ayuda de tu habilidad, constancia e ingenio.

Con mucho esfuerzo sacaste adelante a tu familia.

Llegó por fin tu jubilación. Tus hijos ya habían volado del nido y cada cual seguía su camino
Tú cuidabas el pequeño huerto que yo ahora cultivo
Cuidabas las palomas, tarea que yo continúo
Ann Marie, cuidaba la casa y el jardín como ahora hace Maria José
Atrás quedaron las penurias, ahora te llegaba la Paz

De madrugada, te conocí a la orilla del mar. El cigarro recién liado en los labios
Tu curtido rostro lo alumbraba un viejo farol de acetileno mientras manejabas un largo cedazo.
Un  cajón de madera, completaba el atrezzo. Poco a poco sacabas las deseadas angulas del mar

Por esas casualidades de la vida, me instalé a tu lado. Hacía frío y seguramente llovería.
Una simple y cálida mirada me dijo que debía alejarme un poco, que no debía invadir tu territorio

Poco a poco subía la marea y también léntamente mis primeras angulas, zizagueaban en la malla del cedazo
Las finas gotas de agua que quedaban atrapadas, se congelaban. Era  Invierno

Un "ducados", rompió definitavamente el hielo. Comenzamos a hablar y poco a poco me fuiste transmitiendo tus secretos de esta pesca, dura pero muy gratificante. No por su rentabilidad, sino por la serenidad que se adueñaba de mi espíritu en esas heladas noches

Adoptaste a Igor, como si de tu nieto se tratara y entre vosotros se estableció un lazo que permanecerá por siempre
A él lo querías tener a tu lado, más bien delante de ti para evitar que una de esas "mascarés", grandes olas traidoras, lo arrastrara
Además el estar delante en la corriente, facilitaba la pesca

Siempre recordaremos tu sonrisa, tu bien hacer en la pesca, el huerto sin una sola hierba. Tus buenas cosechas agrícolas y humanas, son una de mis metas

Quiero caminar sobre tus huellas y continuar tu buen hacer en este mundo

Te encontraré en el bosque, en este huerto que me traspasaste, en esas rocas, en el borde del mar

Hasta siempre Papí