Veo la nieve desde mi ventana, Hacía más de un año que no la había podido ver, tocar, sentir
Mis pasos quedan marcados, abrazados a su belleza
Han desaparecido casi por completo esos pasos de mi alma sobre su alfombra. Nuevos copos han reafirmado nuestro amor. Pero sé que estoy, sé que sigo siendo.
Dentro de ella, mi felicidad es sublime. Se ha borrado mi alma, pero también la suya. Ahora somos una única y maravillosa realidad que palpita al ritmo lento de lo que creemos eterno, de lo que deseamos que lo sea
Tal vez cuando salga otro Sol, pero quizás tampoco entonces.
Qué importa, si la felicidad es inmensa, solo por estar así, dejándome envolver por tu cálido abrazo. Una nueva vida. Tal vez efímera, tal vez eterna
Deseo tenerte para siempre. Conservar tu alma. Disfrutar de tu presencia. No puedo evitar mis impulsos. Sé que llegará el fin, acabará el sueño. Debo intentar ….
Escapas de mis manos como lágrimas entre mis dedos. Aquella cálida sensación se convierte en frío. La luz en oscuridad. Lentamente se rompe el encanto. Vuelvo a la realidad
Cada día nervioso y anhelante me dirijo a la ventana. Tardo nos segundos en abrir mis ojos. Llega la decepción. Hoy tampoco has venido. Miro al cielo. Brilla con ese azul que te favorece, que resalta tu blanca belleza, que te hace aún más deseada
Quedan algunos vestigios de tu última visita, Los contemplo mientras el frío me atenaza; solo me queda pensar que te he tenido, que me has rodeado, abrazado, amado. Cierro los ojos recordando como te deslizabas de mis manos y mientras un cálido canto se deslizaba por mi cuerpo
Seguiré esperándote al amanecer