He dejado pasar un tiempo, antes de abordar este tema, para que las emociones y los sensacionalismos de los medios de difusión no llegaran a influenciarme
Es la segunda “tempestad “que me ha tocado vivir en la ciudad de Mimizán ubicada en las conocidas Landas francesas
La primera sucedió en 1999 y la llamaron Martin, esta segunda en el 2009 y la han llamado Klaus.
Ambas llegaron de noche y ya las primeras ráfagas, nos dejaron sin luz y sin teléfono
Las primeras ramas rompían los cables y los cortocircuitos, inutilizaban las subestaciones
El viento soplaba cada vez con más intensidad, los altos pinos de más de 100 años, cimbreaban como juncos en un plácido lago.
Pronto comenzaron a escucharse los primeros crujidos, la madera comenzaba a resquebrajarse. Las primeras ramas comenzaban a caer, arrancadas por estos vientos de más de 100Km/h. Todo se llenó de pinaza
Poco a poco, las ráfagas fueron aumentando. El silbido del viento provocaba escalofríos.
Comenzaron a oírse las primeras tejas, rodando por el tejado hasta estrellarse contra el suelo. Los primeros pinos comenzaron a caer.
Su angustioso crujido, venía seguido del ensordecedor impacto contra el suelo.
Unos eran arrancados de raíz, otros simplemente se partían, pero cada uno de ellos arrastraba a otros en su caída
La velocidad del viento siguió aumentando. Algunos árboles, caían sobre las casas, las granjas, … Arrasaban todo en su caída
Fue una larga noche, una noche angustiosa. Pinos y más pinos seguían cayendo.
Conforme las ráfagas aumentaban; partían o arrancaban aquellos árboles que habían resistido a todas las anteriores
Las ráfagas alcanzaban ya los 190Km/h . No solo los pinos, algunos de más de 60 centímetros de diámetro, sino que robles centenarios, también eran arrancados
Cuando comenzó a amanecer, el viento fue perdiendo poco a poco su devastadora fuerza.
El espectáculo era surrealista todas las carreteras cortadas, los postes de la luz medio enterrados entre las ramas, cables cortados, ramas y más ramas, cubrían todo el terreno
Parecía como si una extraña enfermedad hubiera afectado a los tejados, les había arrancado parte de su piel. Estaban desprotegidos. Algunos incluso perdieron su estructura o parte de ella.
Sobre el suelo, el rojo de las tejas contrastaba con el verde de las ramas y con las lágrimas de impotencia. El paisaje era desolador
Una vez más la Naturaleza había impuesto sus reglas. Nos había enseñado su fuerza. Diez años después, volvía a arrasar la misma tierra, Parecía como si Klaus quisiera abatir aquello que no logró su antecesor Martin.
Fue una “ tormenta perfecta”
Preciosamente descrita en la novela de Sebastian Junger, que fue llevada al cine por George Clooney.
Los medios de comunicación utilizaron el pomposo nombre de “ciclogénesis explosiva” que llegó a ser una de las frases más pronunciadas y que probablemente quienes la pronunciaban no sabían de qué se trataba
Estos fenómenos meteorológicos, se forman con relativa frecuencia en el Atlántico pero generalmente no llegan a las costas, bien por debilitarse o por tomar otras direcciones, perdiéndose mar a dentro
Se producen por la confluencia de dos masas de aire una fría procedente de Centroeuropa y una cálida proveniente de las islas Azores
En definitiva, se trata simplemente de la formación de una borrasca con muy bajas presiones en la que las masas de aire giran en sentido contrario a las agujas del reloj.
Por efecto de este giro, la presión va disminuyendo, favoreciendo la llegada a la zona de nuevas masas de aire
Cuando la caída de presión es relativamente grande y en poco tiempo, es cuando se dice que “explota” y los vientos que provoca son extremadamente violentos
Las consecuencias han sido ampliamente expuestas en los medios de comunicación. A través de lasfotos, quiero que veáis parte de lo que yo vi





















